“La Gran Depresión” de dos polos opuestos

LA CRÓNICA

Queralt Morros Baró. 11 de abril de 2012

«La Gran Depresión», fruto del trabajo de la compañía teatral La Perla, Pentación Espectáculos y de la imaginación de sus autores, Dunia Ayaso y Félix Sabroso, reúne al fin dos estrellas más que conocidas de la comedia española. Una obra teatral ideada especialmente para Loles León y Bibiana Fernández en la que sus creadores afirman que “las vemos poner toda la carne en el asador, haciendo reír pero también conmoviendo con la cruda verdad a través de una ironía inteligente”. Dos actrices que se complementan a la perfección gracias a sus grandes diferencias, tal y como podemos ver en el video de promoción de la obra en Valencia.

Fuente: lamarquesa.es

A las ocho menos cuarto la Avenida Paral·lel rebosa vida. Pero es en el teatro Arteria dónde la gente, en una cola poco ordenada, espera y comenta qué les deparará la obra que acaba de aterrizar a la ciudad condal, hace apenas un mes. Después de pasar por ciudades como Madrid, Bilbao, Valladolid y Valencia; Loles y Bibiana confiesan que se trata de un proyecto con dobles intenciones, un trabajo «imposible de llevar sin una amistad previa», tal y como afirman en múltiples entrevistas promocionales.

Gente esperando a las puertas del Arteria

Gente esperando a las puertas del Arteria Paral·lel. Fuente: producción propia

Al fin, después de unos largos diez minutos de retraso, Loles León y Bibiana Fernández aparecen en escena mientras el público, que llena casi por completo el teatro a pesar de ser un miércoles, las aplaude eufóricamente. El escenario se convierte en la habitación de Marta, representada por Bibiana Fernández, una mujer superficial y adicta a las bodas con hombres de alto poder adquisitivo que la han mantenido toda su vida. Según la actriz «una mujer llena de inseguridades» que finalizada su última relación y llena de deudas, creyendo que a sus cincuenta años le será imposible reponerse a los contratiempos, decide quitarse la vida. Sin embargo, en un último intento de supervivencia, recurre a una antigua amistad.

Por otro lado, Manuela, a manos de Loles León, ocho años después de una gran discusión recibe la llamada de auxilio de Marta y acude sin pensárselo dos veces. Cansada de ser ver siempre cómo Marta conseguía sus propósitos, decide aprovechar esta ocasión para alardear de sus logros personales conseguidos en esta última década a la más mínima oportunidad. Tal y como augura Loles, «más que una venganza, Manuela quiere utilizar todas sus armas para recuperar la amistad perdida haciéndose pasar por una persona que no es».

Sus creadores, Ayaso y Sabroso, anuncian que “nada es lo que parece” y lo que aparentemente parecía una historia de reconciliación se transforma en un dueto grotesco que encarna vivamente la soledad y la vejez. Una lucha por la supervivencia  que transforma en el humor más llano las crudas inseguridades, compartidas pero escondidas, de ambas protagonistas «más auténticas que nunca».

Fuente: producción propia

Cartel promocional de la obra. Fuente: producción propia

Bajo un hilo argumental aparentemente simple, Loles y Bibiana hacen uso  de sus diferencias físicas para complementar esta comedia pintoresca. Las anécdotas también tienen cabida en el espectáculo cuando Manuela lanza de una patada, más fuerte de lo previsto,  una bolsa que supuestamente contiene el perro muerto del ex marido de Marta. Loles, incapaz de seguir con el diálogo en medio de un ataque de risa, necesita varios intentos y un poco de tiempo para recuperar la representación. Pero, ¿realmente ha sido fruto de la improvisación? En sus actuaciones en Madrid parece que ya sucedió repetidas veces por lo que nos preguntamos si realmente no está escrito en el guión.

Bibiana Fernández tampoco se escapa de pequeños errores y es que en un intento de acercarse al público barcelonés confunde la “escalivada” por  la “escudella”, diciendo que ante la idea de comer “peus de porc” prefiere “escalivada amb pilota”. Hecho que despierta ciertos comentarios entre el público asistente, que se lo toma más como una equivocación que como un juego de palabras para provocar alguna que otra sonrisa.

Como si no fuera poco, Marta y Manuela también protagonizan dos números musicales, con coreografía incluida, que no parecen acabar de entusiasmar al público, puesto que ambas invitan a los asistentes a bailar pero reciben una escasa participación como resultado.

Fuente: producción propia

Escenario de la obra «La Gran Depresión». Fuente: producción propia

Al finalizar la obra, cae el telón y  llegan los aplausos mientras aparecen las primeras opiniones dispares, empezando entre las butacas y acabando en el vestíbulo. Parece que la obra provoca respuestas algo contradictorias entre los asistentes, algunos aún riendo y otros insatisfechos ante el poco provecho del dinero invertido en las casi dos horas de actuación. «Esperaba mucho más después de haber leído algunas críticas, me marcho con un sabor agridulce», sentencia María Gómez, una espectadora. Entre comentarios y valoraciones, la gente se va despidiendo de la depresión más cómica, o no, que ha tenido lugar en el Arteria Paral·lel.